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STRANGER THINGS…

  • Ene 30, 2019

Existe una realidad paralela similar a esos universos paralelos que siempre nos alejan de nuestra verdad. Encontrar la salida lleva más tiempo en comparación a la velocidad por la que entramos en aquel agujero negro. Cuesta entender y más aún hacer que coexistan en el mismo espacio-tiempo.

Me enganché a una serie con mi hija, Stranger Things, pero no llegué a empezar la segunda temporada por agotamiento de aquel final que nunca parece suficientemente lejos pero que ya viene envasado sin fecha de caducidad.

Mundos del revés como las pesadillas, los videojuegos, el miedo, los WhatsApps que se amontonan llenos de silencio porque hemos preferido desgastar las huellas de nuestros pulgares a colarte una nota escrita en el bolsillo o escuchar tu voz que tanta información respira… nuestras retinas fijas en la pantalla del móvil con lo bonito que es mirarse de reojo y quizá ruborizarse… quizá. Por eso siempre te pido que brindes mirándome a los ojos, para que no se me olvide cómo mira la sinceridad.

Todos somos un poquito presos del sistema, de descargarnos la aplicación perfecta, de quedarnos sin batería y buscar desesperadamente refugio en un enchufe. No reconocemos lo enjaulados que vivimos, no valoramos lo suficiente un cielo azul o un firmamento cuajado de estrellas… o perder el tiempo mirando al infinito que también es un horizonte lleno de esperanza.

Todos deberíamos descalzarnos más a menudo, despeinarnos sin tocarnos, descubrirle el pulso a la realidad que pisamos y al viento que nos azota el alma… aunque nos llenemos de preguntas sin respuestas pero que nadie ni nada nos obligue a vivirnos. Vivir sí.